Nuestra Señora de Fátima

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Nombre: Angeles

miércoles, 23 de julio de 2008

Santa Misa celebrada por su Excelencia Reverendísima, Mons. Hugo Barrantes, Arzobispo Metropolitano de San José.






El día 20 de julio en la Parroquia San Josesito de San Isidro de Heredia, parroquia a cargo de los Hermanos Oratorianos. Andrés Barrantes hizo su "Primera Comunión" durante la Santa Misa celebrada por su tío abuelo, su Excelencia Reverendísima, Mons. Hugo Barrantes, Arzobispo Metropolitano de San José.



Invitados por la familia Barrantes, el coro de los Heraldos del Evangelio cantaron la Misa enalteciendo así la recepción de este bellísimo sacramento en el cual Nuestro Señor Jesucristo da su propio Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad a un inocente por Él creado.Al inicio de la Celebración, Monseñor explicó a los presentes la importancia del canto gregoriano en las celebraciones litúrgicas, quedando agradecido con el coro de los Heraldos del Evangelio, que promueven este canto propio de la Iglesia Católica. Durante sus palabras también Mons. Hugo Barrantes se refirió al coro de los Heraldos del Evangelio diciendo que "la orquesta de ellos es genial" quedando muy agradecido por la presencia de Heraldos en las labores evangelizadoras de la Arquidiócesis.

sábado, 5 de julio de 2008

Fotos del Pe. Juan durante la gravacion en el estudio!!!!



Heraldos del Evangelio visitan Hogar de la Esperanza






visita evangelizadora al Hogar de la Esperanza, para los enfermos terminales de Sida, ubicado en Paso Ancho.

miércoles, 2 de julio de 2008

FIESTA DEL PAPA EN LA NUNCIATURA APOSTÓLICA DE SAN JOSÉ







Como ya es casi una tradición, el Coro de los Heraldos de Evangelio canto en el evento conmemorativo de la Fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, la fiesta en honra del Santo Padre, realizada el jueves 26 pasado en la Nunciatura.
Este es un evento diplomático al cual son invitados el Presidente de la republica, miembros importantes del gobierno, embajadores, los obispos de Costa Rica e invitados especiales.
El acto comenzó con el Himno Nacional y el Himno Pontificio ejecutado por el Coro de los Heraldos del Evangelio. Luego siguió un discurso del Sr. Nuncio, Mons. Pierre Nguyen van Tot, seguido de otro discurso por el Sr. Presidente Oscar Arias y después un brindis. Para concluir el coro interpreto el Magnificat. La excelente acústica del hall de entrada hizo con que la interpretación fuese especialmente bella.
Acto seguido se paso a un almuerzo.

Misión Mariana que fue realizada en el Barrio León XIII del Cantón de Tibás de la Ciudad de San José







El coro de los Heraldos animó la Misa de 10:00 am y al final de la Misa el Parroco, el Pe. Manuel Chavarría, llamó a todos los Heraldos que iban a salir en Msión de casa en casa, y los bendijo esparciendoles agua bendita y rezando la oración propia para las personas que salen a evangelizar.

CUMBRE DE SANTIDAD

CUMBRE DE SANTIDAD

Por Patricia Villegas de Jorge

El escenario por excelencia de la manifestación de la gloria de Dios y del triunfo de la fe, lo constituye el monte Carmelo, tal nos lo presenta el Antiguo Testamento. Esta cadena montañosa que nace en Israel y desaparece de la vista en el mar Mediterráneo, fue testigo de excepción de la extraordinaria vida del profeta Elías, prototipo de la virginidad, de la oración contemplativa y vida eremítica.

Elías, figura de primer orden de los textos veterotestamentarios y una de las figuras principales de la religión judía, nace en el siglo IX antes de Cristo, anteponiéndose al Mesías en sus propias características, sobre todo en el “celo por el Señor Dios de los ejércitos” (1Re 19, 10). Su privilegio de presenciar la manifestación de Dios en el susurro de una brisa suave(1Re. 19, 11-14) sus conversaciones íntimas con el creador, su espíritu místico y profético le permitió “proyectar los designios divinos viendo las realidades antes de que existiesen” , convirtiéndolo en una figura respetada y temida en su ambiente natural.

Este varón de espíritu tempestivo, de palabra afilada y ardiente de amor a Dios no nos deja de impresionar. Se le ve como prefigura del Nuevo Testamento cuando hace bajar el fuego vengador de Dios (2Re 1, 9-14) asimilándose al fuego del Espíritu Santo que Jesús envía a sus discípulos (Lc. 12,49); o cuando se antepone a la santa eucaristía al ser alimentado con pan y agua por un ángel cuando desfallecen sus fuerzas, animándolo a continuar la subida hasta el monte Horeb durante cuarenta días y cuarenta noches, anticipación del retiro del Señor a orar en el desierto.

Sin embargo, el “profeta del fuego” o gladiador de Yahvé, vino con una misión muy particular encomendada de lo alto y fue volver la mirada de los judíos a su único Dios haciéndolos abandonar la idolatría al dios Baal impuesta por Jezabel, esposa del rey Ajab, rey que gobernaba la nación en tiempos de Elías.

Contrariando todos los principios de la realidad terrenal y capacidad humana, Elías, devorado por el celo a su Señor, permitió poner a prueba su fe, con la única determinada finalidad de devolver a Yahvé de manera absoluta su lugar en el pueblo elegido. De ahí que el profeta, bajo el influjo total de la gracia y con una confianza inquebrantable en el Dios de los Ejércitos, retó al rey Ajab demostrar, mediante el sacrificio en el monte Carmelo, quién era el verdadero Dios del pueblo de Israel. Llegado el momento de la prueba, Elías como heraldo de la verdad, increpó y advirtió al pueblo idólatra con una pregunta ¿hasta cuándo vais a estar cojeando con los dos pies?(1Re 18, 19-29).

La fe del profeta quedó salvaguardada cuando Yahvé envío fuego sobre el sacrificio ofrecido por Elías en el monte Carmelo, causando así un retorno de los hijos de Dios hacia sus directrices y mandatos, desenmascarando delante del pueblo de Israel a Jezabel, auspiciante de la adoración al dios Baal y por ende de su perdición.

En agradecimiento al arrepentimiento del pueblo errante, Yahvé por boca de Elías anunció el final de la sequía que azotaba a la tierra prometida mediante una gran lluvia sobre Israel. Esa sequía, producto de los pecados del pueblo judío, no solo había infertilizado las tierras y sus cosechas, los ganados y los medios propios de alimentación y supervivencia, sino que había alejado del alma de sus habitantes todas las gracias que el Dios Verdadero tenía reservada para ellos, gracias que habían sido despreciadas por novismos superfluos y distracciones impuras hacia dioses falsos.

Al recibir el pueblo el regalo de la conversión y volver su corazón al creador de todas las cosas, convirtió de nuevo en terreno fértil la tierra de Israel y se preparó para el torrente de agua y gracias que caerían del cielo por misericordia divina. La lluvia asomó en forma de pequeña nubecilla sobre el monte Carmelo, y según cuenta la tradición Elías vió prefigurada en ella a María Santísima, medianera de todas las gracias, por medio de la cual el Padre celestial distribuiría todas sus complacencias en la tierra. De ahí que Nuestra Señora surge como protectora del monte Carmelo y Elías como el modelo a seguir de la vida contemplativa que la misma María luego practicaría a la perfección para dar gloria a Dios.

Es así como este gigante de la causa de Yahvé, tal como lo definiría algún autor , basándose en la íntima convivencia con Dios, gracia que le viene dada por su vida de perfección y teniendo como único fin de su existencia el celo por el Señor, instauró de manera casi imperceptible el inicio del monaquismo, volviendo a ser el monte Carmelo, espectador de primer orden de los cimientos de la vida eremítica. Elías instruyó así a su discípulo Eliseo sobre la vida contemplativa, no imaginándose el profeta que en el siglo XII d.C. un grupo de cruzados instituiría este estilo de vida en el mismo monte Carmelo inspirado en el cruzado principal del la causa de Yahvé, el Gran Elías.

De esta manera vino a la luz la sagrada y perfecta orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, hoy orden Carmelita, congregación que no toma propiamente el nombre de su fundador sino más bien del lugar donde nació, teniendo como protección fidelísima la de la Santísima Virgen del Carmen y como inspirador y padre espiritual a san Elías, profeta . De esta santa orden, surgieron para la honra de la Iglesia santos y doctores que se alzaron con la corona de la gloria al subir hasta la cumbre de la santidad, tales como fueron la Gran santa Teresa de Jesús de Ávila, san Juan de la Cruz, Edith Stein, santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, santa Teresa de los Andes, santa Isabel de la Trinidad, santa María Magdalena de Pazzi, entre otros, dejándonos como legado y enseñanza que la vida contemplativa y la oración perseverante son medios seguros para alcanzar la comunión eterna con el Padre.

La pureza y humildad de Elías son premiadas por Yahvé con un arrebatamiento al cielo en un carro de fuego, figura que nos evoca la Ascensión del Señor y premio al cual todos debemos aspirar para que, una vez habiendo escalado la cumbre de la santidad mediante el crecimiento en la vida perfecta, tal cual Elías, seamos coronados con los gozos de la vida eterna.

Dedicado a las hermanas del Monasterio Santa Teresa de Jesús de Santo Domingo, en ocasión la fiesta de Nuestra Señora del Carmen y san Elías.

Bibliografía consultada:
1.-López Melús, Rafael María-Carmelita. “El Profeta san Elías Padre Espiritual del Carmelo.”Segunda Edición 2002. AMACAR-Apostolado mariano carmelita.ONDA(Castellón)España.
2.- Biblia de Jerusalén. Nueva edición Revisada y Aumentada. Editorial Desclée de Brower, S.A. 1998.